Beanie, Pepi y Millie vinieron a vernos porque tenían picores muy intensos, a sus propietarios les preocupaba que no parasen de rascarse y lo inquietas que se mostraban. Pronto descubrimos que el problema residía en que tenían piojos y ácaros. ¡Gracias al diagnóstico pronto estarán recuperadas de sus picores estas cobayas!