Tortugas de las galápagos: un todoterreno centenario
Es una especie de tortuga considerada gigante por el tamaño que alcanzan los adultos. Viven principalmente en las Islas Galápagos y su carne ha sido muy codiciada a lo largo de los siglos, una de las razones que ha hecho mermar la población de estos maravillosos reptiles en un 95 % y que figuren en los epígrafes de animales protegidos.
Para salir del cascarón del huevo, donde empiezan su desarrollo, utilizan el pico, inviertiendo cierto tiempo en ello debido a la dificultad que entraña, a pesar de ser ejemplares ya completamente formados, es decir, tortugas con todas las características del adulto, pero en miniatura. Con un peso corporal inicial de aproximadamente 100 g, comienzan su periplo por el mundo mordisqueando las hojas de los arbustos. Esta tortuga todoterreno, avanza incansable por suelos accidentados alcanzando alrededor de 1 Kg de peso a los dos años. A esta edad viven solas, aunque en ocasiones se reúnen con ejemplares de su misma edad para marchar en grupo.
El clima de la Islas Galápagos es peculiar y depende de la altitud a la cual nos queramos referir. Aún así, experimenta dos períodos claros, uno caluroso con menos lluvias, de julio a septiembre, y otro húmedo el resto de meses con abundantes precipitaciones, siendo el mes más caluroso el mes de marzo. Las tortugas habitantes de esta región insular se resguardan en su caparazón del agua durante la estación lluviosa, tras la cual todo queda inundado, sin ser esto un problema, puesto que son hábiles trepadoras. Además, los vegetales tendrán un alto contenido en agua y el paisaje estará rebosante de hierba fresca, tan apetitosa para nuestras amigas, de la cual comen varios kilogramos al día.
Si viven en terrenos desérticos a nivel del mar, tendrán un caparazón adaptado a un largo cuello que estiran para alcanzar comida que esté alejada del suelo. Sin embargo, las que viven en desniveles tendrán el cuello más corto y diferencias en el caparazón. Los cinco dedos provistos de uñas que poseen, les permiten cavar de manera muy efectiva y se observa un aspecto general de las patas que pudiera recordar a la de los elefantes. En las horas de descanso, las repliegan bajo el armazón que les sirve también de depósito de reserva de alimentos y agua. Por esta razón pueden llegar a subsistir varios meses sin ingerir alimento ni bebida, haciendo de ellas animales con una adaptabilidad envidiable.
Como curiosidad, destacar la gruesa piel que tienen soldada al caparazón, cubierta de innumerables plegaduras, creando un entorno ideal para la proliferación de parásitos. Aquí es donde intervienen sus amigos los pinzones, que se alimentan de ellos a la vez que desparasitan de manera natural e inocua a la tortuga. í‰sta adoptará una postura de pie, erguida, con el cuello y la cabeza hacia el cielo, señal inequívoca para que el pájaro comience el aseo.
Durante la estación seca, buscará las zonas con agua, llegando a ingerir hasta 20 litros sin parar, almacenando buena parte de ellos. No malgastará su energía y se desplazará sólo si hay un motivo para hacerlo, convirtiéndolos en un animal longevo que alcanzará los 150 Kg. Los machos son visiblemente más grandes que las hembras y tras el apareamiento se separarán. Ella escudriñará un lugar seguro en el suelo para cavar un agujero donde depositará los huevos, los cuales eclosionarán al cabo de varios meses.