El picaje en loros
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El picaje es un comportamiento anormal en loros, es decir, un comportamiento que no tendría lugar en la naturaleza porque se manifiesta en intensidad, contexto o frecuencia que no corresponde a las pautas naturales. En concreto el picaje consiste en un conjunto de comportamientos que contribuyen a dañar su plumaje, ya sea arrancándose las plumas, rompiéndolas o masticándolas.
Aunque hay varias patologías que pueden provocar este comportamiento, como una infección cutánea, alergias, parásitos, enfermedades metabólicas… la mayoría de los casos tienen su origen en alteraciones comportamentales. No debemos buscar una causa única del comportamiento anormal, ya que a menudo son un conjunto de situaciones que aumentan los niveles de estrés y hacen que el animal caiga en un conflicto motivacional, ya sea porque el animal tiene una alta motivación por expresar una conducta pero no está presente el estímulo natural que la desencadena (por ejemplo, querer forrajear pero no tener acceso a material para ello) o porque no tiene coherencia su expresión. Debemos imaginarnos la capacidad de adaptación de un individuo como un embudo que va recibiendo estímulos adversos (hambre, frustración, miedo…) con los que va adaptándose, hasta que su capacidad de adaptación llega al máximo y el embudo se desborda. Es en este momento donde aparecen las conductas anormales como el picaje.
Cada caso es diferente y lo que lleva a un loro a picarse no lo hará en otro individuo con un ambiente parecido. Es por eso que es muy importante que cada caso sea analizado por un veterinario especializado para que descarte las causas médicas y proponga el plan más adecuado a seguir.
Entonces, ¿cómo puedo evitar que mi loro se pique? Hay diferentes puntos a tener en cuenta para prevenir unos niveles de estrés altos y disminuir la posibilidad de que estas conductas anormales aparezcan.
Primero de todo, debemos trabajar para que el ambiente de nuestra ave le permita al máximo la expresión de comportamientos naturales. En su hábitat natural, dedicarían prácticamente la mitad de su tiempo en vida libre al forrajeo y a la alimentación; en porcentajes más pequeños se dedican al reposo, al acicalamiento, a las conductas sociales…
El forrajeo es el conjunto de comportamientos con los que el animal va a buscar, seleccionar y manipular los alimentos. Si nuestro loro tiene un pienso de calidad, pero siempre tiene solo el pienso en un bol, el tiempo que dedicaría a la alimentación en vida libre se limita a unos pocos minutos en cautividad. “Dificultarle” este proceso va a llenarle el tiempo. Para hacerlo vamos a utilizar diferentes tipos de dispensadores de alimentos (los hay comercializados y otros que podemos fabricar en casa, con la ayuda de cajas, botes…), ofrecer la fruta y la verdura en brochetas, espirales, bandejas, jaulas… y a utilizar elementos no alimentarios que ocupen espacio para que deba seleccionar y manipular. Además, deberíamos poner a su disposición una bandeja de forrajeo, dentro o fuera de la jaula (o ambas opciones) en las que tendrá un sustrato (por ejemplo papeles, heno, tierra, cortezas…), elementos no comestibles (tapones, corchos, botones, pasta seca…) y elementos comestibles (pienso, fruta deshidratada, semillas…).
La instalación donde se aloje debería ser lo más grande posible o en su defecto permitir el acceso al exterior para poder ejercitarse (volar, trepar, andar…). Las zonas exteriores en las que el animal puede llevar a cabo un ejercicio físico se llama parque de juegos, y lo podemos componer de lianas, cuerdas, palos con diferentes orientaciones, tamaños… Además, la instalación debería tener una estructura que fomente la toma de decisiones con variedad de alternativas para el desplazamiento, variedad de perchado… así como elementos que le recuerden al ambiente natural (hojas, ramas…).
Debemos tener en cuenta estos elementos y planificar un enriquecimiento ambiental, que va a dar al animal variedad de estímulos y experiencias a base de cambios y estímulos. Así pues, no sólo debemos fijarnos en qué ofrecemos si no cuando y cómo lo hacemos. No sólo ofreceremos, por ejemplo, fruta y verduras, si no que la fruta y la verdura será diferente cada día, para aportar variedad de sabores, texturas, colores, olores…
Si tu loro ya se pica o está empezando a hacerlo, te recomendamos visitarle en nuestra clínica veterinaria para animales exóticos de Barcelona cuanto antes, para detectar a tiempo el origen y poner remedio. Hasta que acudas al veterinario te recomendamos:
• Baños de agua: ayudan a calmar el picor de la piel inflamada. Debemos hacerlo en un ambiente cálido si los realizamos en invierno.
• Es importante que si vemos al animal picándose, no reaccionemos mientras lo esté haciendo para que no nos asocie con el comportamiento anormal y aprenda que cuando se pica nosotros acudimos. Para eso, distraeremos la atención del animal realizando un ruido fuerte, cambios de luces… y cuando el animal haya parado de picarse es cuando acudiremos.
• Debemos premiar y reforzar los momentos en los que el animal no se pica y mantenerle ocupado para llenar su tiempo y minimizar así los momentos en los que se pica.
